Las obras de infraestructura de transporte
o vías terrestres, como son por ejemplo: caminos, carreteras
autopistas,
o autovías
y vías férreas, y sus obras de cruce y empalmes
utilizan áreas importantes en el territorio creando en el entorno impactos ambientales importantes.
Los beneficios socioeconómicos proporcionados por las vías terrestres
incluyen la confiabilidad bajo todas las condiciones climáticas, la
reducción de los costos de transporte, el mayor acceso a los mercados
para los cultivos y productos locales, el acceso a nuevos centros de
empleo, la contratación de trabajadores locales en obras en sí, el mayor
acceso a la atención médica y otros servicios sociales y el
fortalecimiento de las economías locales.
Sin embargo, las vías terrestres pueden producir también complejos impactos
negativos directos e indirectos, a continuación se mencionan los
principales.
Impactos directos
Los impactos directos de las vías terrestres se dan desde la fase de
construcción de las mismas, y durante toda su vida
útil.
Los impactos más importantes relacionados con la construcción
son aquellos que corresponden a la limpieza, nivelación o construcción
del piso: pérdida de la capa vegetal, exclusión de otros usos para la
tierra; modificación de patrones naturales de drenaje; cambios en la
elevación de las aguas subterráneas; deslaves, erosión
y sedimentación de ríos y lagos;
degradación del paisaje o destrucción de sitios culturales; e
interferencia con la movilización de animales
silvestres, ganado y residentes locales. Muchos de estos impactos
pueden surgir no sólo en el sitio de construcción sino también en las
pedreras, canteras
apropiadas y áreas de almacenamiento de materiales que sirven al
proyecto. Adicionalmente, pueden darse impactos ambientales y
socioculturales adversos en proyectos tanto de construcción como de
mantenimiento, como resultado de la contaminación del aire y del suelo,
proveniente de las plantas de asfalto,
el polvo y el ruido del equipo de construcción y la dinamita;
el uso de pesticidas, derrame de combustibles
y aceites;
la basura; y, en proyectos grandes, la presencia de mano de obra no
residente.
Los impactos directos por el uso de las vías terrestres pueden
incluir: mayor demanda de combustibles para los motores; accidentes con
los medios no motorizados de transporte o el reemplazo de los mismos;
mayor contaminación del aire, ruido, desechos a los lados del camino; daños físicos o
muerte a animales y personas que intentan cruzar la vía; riesgos de
salud y daños ambientales a raíz de los accidentes con materiales
peligrosos en tránsito; y contaminación del agua debido a los derrames o
la acumulación de contaminantes en la superficie de los caminos.
Impactos indirectos
Una amplia gama de impactos indirectos negativos han sido atribuidos a
la construcción o mejoramiento de las vías terrestres. Muchas de éstos
son principalmente socioculturales. Éstos incluyen: la degradación
visual debido a la colocación de carteles a los lados del camino; los
impactos de la urbanización no planificada, inducida por el proyecto; la
alteración de la tenencia local de tierras debido a la especulación; la
construcción de nuevos caminos secundarios, primarios y terciarios; el
mayor acceso humano a las tierras silvestres y otras áreas naturales; y la migración de mano
de obra y desplazamiento de las economías de subsistencia.
Pérdida de tierras agrícolas
La mejor tierra agrícola, relativamente plana y con buen
drenaje, proporciona una ruta ideal para las vías terrestres, y muchos
son colocados allí. En sí, la pérdida de tierra para el derecho de paso
puede ser relativamente insignificante y normalmente se toma en cuenta
al decidir si procede con un proyecto. Sin embargo, el fenómeno del desarrollo inducido, junto con el
aumento del valor de la tierra por los caminos, puede resultar en la
conversión de grandes áreas de tierra agrícola a otros usos. Tales
conversiones pueden tener impactos negativos sobre los programas
nacionales para agricultura sostenible y la autosuficiencia, así como
sobre la viabilidad de la economía agrícola local.
Interferencia con los métodos acostumbrados de transporte local
Los peatones y vehículos tirados por animales y de pedal, son tipos
importantes de tránsito por los caminos de muchos países, especialmente
los caminos locales y aquellos que llevan a los principales mercados
urbanos. El mejoramiento de los caminos rurales no pavimentados al nivel
de los pavimentados, que no tome en cuenta el volumen de dicho
tránsito, resultará en un número inaceptable de accidentes y el
reemplazo de los modos más lentos de transporte.
Implicaciones nacionales y globales
La construcción de caminos y carreteras puede incrementar la demanda
de vehículos motorizados, combustibles y lubricantes. Si éstos deben ser
importados, se puede agravar el problema del balance de pagos. Puede
deteriorarse la calidad del aire a nivel local o regional, y aumentará
el aporte a los gases de efecto invernadero.
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